Todo lo que fue España

Mi viaje a Europa incluyó una parada en dos ciudades increíbles de España: Barcelona y Madrid. Siempre he pensado que cada una tiene su propio estilo. Madrid se siente más juvenil, moderna y chic, mientras que Barcelona también tiene su juventud, pero con un aire boho, playero y relajado. 

Ambas tienen su encanto, y son un must si planeas visitar España. Por eso te voy a contar lo que hice en cada ciudad.

Barcelona:

La Sagrada Familia es impresionante en persona. Cada detalle, desde las fachadas hasta el interior, tiene algo que sorprende y hace que aprecies cada rincón con paz. Aunque todavía está en construcción, vale totalmente la pena. Ver a los chicos maravillarse fue uno de los momentos más lindos del viaje.

Además, puedes disfrutarla desde distintos puntos de la ciudad. Uno de los más especiales que fuimos fue el del rooftop del Hotel Sercotel, donde puedes comer tapas, tomar sangría y conversar mientras disfrutas de una vista espectacular.

El Camp Nou es otro clásico que no puedes perderte, especialmente si viajas con niños o fanáticos del fútbol. La visita permite conocer la historia del Football Club Barcelona, ver los trofeos y recorrer las gradas. Conocer los jugadores que han pasado por ahí y especialmente ver que, por los pasillos del FCB, recorrió Lionel Messi. Mis hijos estaban maravillados.

Para nosotros fue emocionante y divertido, y a los chicos les encantó sentir la magnitud del estadio.

El Mercado de la Boquería es perfecto para probar frutas frescas, tapas y pequeños platillos típicos. Más allá de la comida, caminar entre los puestos te permite sentir el bullicio de la ciudad y ver cómo se mueve la gente local. Es un lugar lleno de vida y cultura que vale la pena visitar, aunque solo sea para curiosear (o picar).

El Monasterio de Montserrat, a solo una hora de la ciudad, es ideal para desconectarse un poco del ritmo urbano. La vista desde la montaña es espectacular, la arquitectura del monasterio es hermosa y el ambiente transmite paz. Es un sitio que invita a caminar tranquilo, respirar aire puro y disfrutar de un momento de calma en familia.

La Barceloneta fue nuestra escapada perfecta a la playa. Es un lugar amplio para que los chicos jueguen, mientras los adultos pueden sentarse a descansar, caminar por la orilla o comer algo rico. La combinación de mar, sol y gente relajada hizo que fuera uno de los momentos más sencillos pero memorables del viaje. En este spot se respira toda la juventud playera.

Luego, Madrid

El Parque del Retiro es un espacio enorme y tranquilo, perfecto para pasear en familia. Los chicos corrieron y jugaron mientras nosotros descansábamos y disfrutábamos del aire libre. Caminar por sus senderos, ver los estanques y las esculturas es una manera muy agradable de empezar a conocer la ciudad.

La Puerta de Alcalá es uno de los íconos de Madrid. Nos encantó verla de cerca y caminar alrededor para tomar fotos. Su arquitectura y presencia en medio de la ciudad le dan un aire elegante y llamativo, y siempre hay movimiento a su alrededor, ahí es cuando terminas de conocer la ciudad.

La Plaza Mayor es ideal para sentarse en una terraza, pedir algo de comer y mirar cómo se mueve la ciudad. Su estructura y edificios alrededor crean un ambiente que mezcla historia con vida cotidiana, y nos permitió disfrutar un momento relajado en medio del recorrido.

El Estadio Santiago Bernabéu fue muy divertido para los chicos y para mí. Recorrer el estadio, conocer su historia y ver los trofeos del Real Madrid es una experiencia entretenida, incluso para quienes no siguen el fútbol. Ver a mi hijo y mi esposo emocionados, y sentir de cerca esa pasión que siempre se escucha en redes, es increíble.

El Palacio Real impresiona por su tamaño y detalles. Aunque los jardines y patios fueron nuestros favoritos, recorrer el interior nos permitió apreciar la historia y la arquitectura de España. Es un lugar que muestra otra cara de Madrid y que definitivamente tienes que visitar.

España nos regaló días llenos de caminatas, comidas ricas y momentos familiares simples pero inolvidables. Barcelona nos atrapó con su energía, sus rincones icónicos y la mezcla de cultura y playa, mientras que Madrid nos conquistó con su elegancia, sus plazas y su ritmo urbano. Ambas ciudades tienen su magia y, juntas, hacen un destino hermoso para disfrutar en familia.