10 años después vuelvo a mi ciudad favorita: Paris

Todos tenemos una ciudad a la que siempre queremos volver, y para mí, París siempre ha sido una de ellas. Hace diez años vine por primera vez con mi esposo y quedé completamente enamorada. Este verano regresamos, pero ahora con nuestros hijos, y puedo decir que la experiencia fue aún más especial.

Muchos dicen que París es caótica o que no es un destino para niños. Mi experiencia fue todo lo contrario: para una familia todoterreno y viajera, la ciudad resultó perfecta. Por eso quiero compartirte mi experiencia parisina, para que te animes a darle una oportunidad.

1. Dónde hospedarse

Si tuviera que dar un tip para viajar en familia a París, sería este: elige un hotel céntrico. Nosotros lo hicimos y fue una de nuestras mejores decisiones.

Desde la ventana podíamos ver la Torre Eiffel. A cinco minutos teníamos el Arco del Triunfo, a quince caminando estábamos en Champs-Élysées, la avenida más conocida de Paris. Alrededor había restaurantes deliciosos. Lo mejor fue que no dependíamos tanto del metro o de taxis: la ciudad se volvió caminable, accesible y mucho más disfrutable.

2. Fotos

Algo que recomiendo a cualquiera que visite París: regalarse una sesión de fotos profesional. Hay fotógrafos por toda la ciudad, especialmente en los puntos icónicos, y vale totalmente la pena.

Las fotos con mis hijos frente a la Torre Eiffel capturaron esa mezcla de emoción y sorpresa que ellos tenían en cada paseo. Fue mucho más que una postal bonita: quedó congelada esa complicidad de familia viajera que no se improvisa en una selfie.

3.Disneyland Paris

Disneyland es un clásico en nuestra familia, pero debo admitir que la versión parisina tiene un aire distinto. Todo parece más íntimo, más acogedor, con ese toque chic francés que se siente en cada rincón.

El castillo, más rosado y delicado que en otras versiones, parecía diseñado para fotos soñadas. Mis hijos lo recorrieron con los ojos brillantes, y yo también volví a ser niña por un rato. Es curioso cómo estos lugares logran hablarle a todas las edades a la vez.

4. Más experiencias

Además del parque, la ciudad nos regaló momentos que quedaron entre nuestros favoritos del viaje:

  • Navegar por el Sena y ver cómo la ciudad se ilumina desde el agua.
    El paseo en barco por el Sena es una de esas experiencias que te hacen sentir dentro de una película. Grandes y chicos disfrutan del recorrido mientras una guía turística va contando la historia de los monumentos que se ven desde la orilla. La torre Eiffel, el museo de Versailles y la imponente catedral de Notre-Dame aparecen uno tras otro como en un desfile mágico. Es un plan que simplemente no te puedes perder.

  • Subir al Arco del Triunfo y tener frente a nosotros una de las vistas más impresionantes de París.
    Son alrededor de 284 escalones los que separan la calle de la cima del Arco del Triunfo, y aunque toma algo de esfuerzo, llegar arriba vale totalmente la pena. Desde arriba tienes una vista única de los Campos Elíseos y de toda la ciudad, en un ángulo distinto al que da la torre Eiffel. Martín y Olivia quedaron fascinados, y nosotros también: es un mirador que muestra la esencia de París en 360 grados.

  • Perdernos en la juguetería de Galerías Lafayette.
    La Galería Lafayette no es solo un centro comercial: es un ícono parisino con más de seis pisos dedicados a moda, diseño y experiencias. Su cúpula de cristal estilo art nouveau es una obra maestra que recomiendo ver a todos. Nos divertimos muchísimo en la sección de juguetes,los niños pueden pasar horas explorando, mientras los padres disfrutamos de la arquitectura del lugar y todas las tiendas que hay. 

  • Desayunar en “Le Café Marly”.
    Planeé esta visita con toda la intención de ver la torre Eiffel desde un ángulo privilegiado, y la experiencia superó cualquier expectativa. El chocolate del lugar estaba riquísimo, los croissants son de los mejores que probamos en París y la vista es simplemente de postal. Es un lugar para ir sin prisas, disfrutar y, si pueden, reserven con anticipación porque es un lugar muy solicitado.

  • Para los amantes del fútbol: visita el PSG
    Si hay un lugar que hace latir más rápido el corazón de los fanáticos del deporte, es el estadio del Paris Saint-Germain. Entrar a este templo del fútbol es sentir la emoción de estar en casa de uno de los equipos más importantes de Europa. Desde la tienda oficial con camisetas y souvenirs hasta el recorrido por las gradas, todo transmite la pasión del club. Sin duda, un imperdible para quienes aman el fútbol, yo disfruté muchísimo ver a mi hijo y mi esposo en este lugar.

5. Seguridad en la ciudad

Todos dudamos de caminar de noche en cualquier parte y puedo decir que Paris es una ciudad que me da mucha tranquilidad hacerlo. Después del show nocturno de la Torre Eiffel volvimos al hotel caminando, y todo el trayecto fue tranquilo. 



Volver a París después de 10 años y hacerlo con mis hijos fue una experiencia completamente diferente. Esta vez no viajé solo como turista, sino como mamá, redescubriendo la ciudad a través de mis niños: cada monumento, cada rincón y cada detalle se convirtió en una aventura especial.

París nunca decepciona. Es moda, cultura y arquitectura, pero también diversión para todas las edades. Verlos maravillarse frente a la Torre Eiffel o correr entre los jardines me recordó que esta ciudad no es solo para adultos, sino también un lugar donde los niños pueden encontrar su propia magia.

Dicen que los viajes que hacemos en nuestra infancia son de las experiencias que más recordamos los adultos. Y estoy convencida de que este viaje será uno de esos que mis hijos recordarán por siempre, y que París se convertirá en un destino al que volveremos una y otra vez.